En una situación donde las ventas continúan cayendo y los préstamos aumentan (según los datos), sorprende ver las plazas llenas de lectores que hacen cola para comprar los últimos libros con un 10% de descuento o para que su autor favorito le dedique unas palabras, haciendo su ejemplar único. Así ocurrió el pasado día 23 en Barcelona, donde la tradición del día de Sant Jordi manda regalar un libro a cambio de una rosa. El Gremio de Libreros de la ciudad valoró positivamente la jornada, refiriéndose a la misma con "buenas sensaciones de ventas" y con una percepción similar a la del año pasado.
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